Abrucena ha sido lugar de diversos asentamientos a lo largo de la historia. Encontramos restos arqueológicos del Neolítico en El Castillejo, hoy superpuestos por los de la ocupación romana.
Pueden apreciarse restos como la vía de acceso al castillo El Castillejo, fortificación árabe excavada en roca de la que sólo quedan algunos restos de tapial y piedra.
El pueblo queda presidido por su elegante iglesia, y destacan sobre todo sus calles, con casas que deslumbran por su blancura, muy soleadas al mediodía y sombrías al atradecer.
En entorno de Abrucena alberga en sus alrededores fascinantes parajes para realizar excursiones por la falda norte del Parque Natural de Sierra Nevada. Destacamos el área recreativa de La Roza con numerosas barbacoas y mesas, El Encinar de Abrucena, una de las zonas más conocidas, que cruza varios arroyos y un encinar maravilloso, y el Aula de Naturaleza de El Serbal.
Después de largos recorridos por esta localiad, Abrucena nos ofrece una gastronomía muy variada, basada en la dieta mediterránea. Las comidas típicas de la localidad son las migas, la fritá, la conserva de pimiento y tomate, los gurullos y los dulces típicos como son los roscos fritos y los roscos de vino y aguardiente.