La población de Abrucena, situada en las proximidades de la provincia de Granada, ha sido lugar de diversos asentamientos a lo largo de la historia, según dan cuenta los restos arqueológicos hallado en dicha zona.
El primero de los asentamientos tuvo lugar en el Neolítico, dado que se han hallado restos de cerámica de esa época en la zona denominada El Castillejo.
En la ocupación romana han quedado restos de vidrios y un aljibe, así como la vía de acceso al Castillejo, que se supone fue una fortificación excavada en la roca.